"Le dijo Pedro: Señor, ¿por qué no te puedo seguir ahora? Mi vida pondré por ti. Jesús le respondió: ¿Tu vida pondrás por mí? De cierto, de cierto te digo: No cantará el gallo, sin que me hayas negado tres veces". San Juan 13:37-38
Dios dió a su único hijo para el perdón de nuestros pecados, pero no tenemos que abusar de su perdón, por ejemplo:
Si todos los días, pedís perdón por decir groserías, o plantar discordia entre otras personas, pero luego de la oración vas y terminas haciéndolo igual, ¿De que sirve tu oración? Jesús sabe en que momento vamos a fallarle, y lo único que puede cambiar eso que solo sabe Jesús, somos nosotros mismos, poniéndonos serios con la palabra, y siguiéndola hasta el fin de nuestros caminos, así Jesús nos perdonará nuestros pecados.
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